La reina del sur
Entré y pregunté por el libro. A esa velocidad sintáctica, pensaréis vosotros, la historia acabará en dos frases. Ya me habría gustado a mí. Entré, digo, y pregunté por el libro.
- Holabestardes.¿Larreinadelsur, favor? -tenía prisa
- Sisí, claro. En almacén. Un segundo.
Esperé un segundo. Sonaba una canción de Ana Belén. Mi-ralá, mi-ralá.
Diez minutos después aún esperaba un segundo. Abrí un libro cualquiera y empecé a hojear, silbando.
Pasaron los días y yo seguía clavado en el mostrador, esperando el segundo y hojeando libros.
La dependienta no aparecía.
Dediqué los siguientes cinco años a estudiar Técnicas de maquillaje previas a la microimplantación de pigmentos (2), de Espasa.
Todavía no me han traído el libro que quería, pero he abierto mi propio centro de estética.
Y le voy a dar una sorpresa a la dependienta.
Me he puesto la boca de Ana Belén. Qué pluma. Soy La Reina del Sur.
- Holabestardes.¿Larreinadelsur, favor? -tenía prisa
- Sisí, claro. En almacén. Un segundo.
Esperé un segundo. Sonaba una canción de Ana Belén. Mi-ralá, mi-ralá.
Diez minutos después aún esperaba un segundo. Abrí un libro cualquiera y empecé a hojear, silbando.
Pasaron los días y yo seguía clavado en el mostrador, esperando el segundo y hojeando libros.
La dependienta no aparecía.
Dediqué los siguientes cinco años a estudiar Técnicas de maquillaje previas a la microimplantación de pigmentos (2), de Espasa.
Todavía no me han traído el libro que quería, pero he abierto mi propio centro de estética.
Y le voy a dar una sorpresa a la dependienta.
Me he puesto la boca de Ana Belén. Qué pluma. Soy La Reina del Sur.
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