La pancarta dice algo así como "Despedido, sin indemnización ni seguridad social. Nueve meses de espera. Solución para Paco YA".
Si te acercas y miras un poco, te das cuenta de cosas. Paco es el hombre que está justo al lado del cartel. La señora que reparte folletos y mira constantemente a Paco es su mujer.
Si preguntas Paco habla. Tiene más de 50 años y lleva toda la vida conduciendo camiones. Más o menos la mitad de ese tiempo para la misma empresa.
Son las doce de la mañana y hace calor, así que Paco lleva una gorra y gafas de sol. Hace seis semanas que está aquí, con su pancarta y su mujer.
Desde que le despidieron lo ha intentado todo, pero no le queda mucho dinero más.
Paco habla y te cuenta las putadas de la vida, de pie junto a su pancarta, enfrente del Muelle Heredia, y si escuchas con atención puedes verle las arrugas y las cicatrices de verdad, las del alma.
De vez en cuando dice un taco, pero es un tío respetable, un currante.
Dice que le encantaría volver a ser explotado, como cuando trabajaba más de 17 horas diarias, en vez de estar plantado con su pancarta y una silla de plástico al lado de la Delegación de Bienestar Social.
Paco está esperando el juicio.
Si le preguntas él te lo cuenta: los de Bienestar Social pasan de largo cuando van a por su cafelito de las once. En seis semanas bajo el sol de Málaga sólo le han dicho buenos días una vez, cuando le pidieron que se echara un poquito más hacia allá.
Lleva pataleando desde que le despidieron en Septiembre. Y sonríe con mucho esfuerzo, bajo su barba de varios días.
Cuando decidió plantarse enfrente de Bienestar Social llamó a periódicos, televisiones, políticos. Nada.
Paco dice que es de izquierdas de toda la vida. Y que Comisiones Obreras debería llamarse sólo Comisiones, y que Chaves no sabe lo que pasa en la calle.
Si tienes tiempo Paco sigue contando. Creció con Rafael Rodríguez, que ahora lidera IU en Málaga y, cuando pasa junto a la pancarta de 3 metros de ancho, finje no verle.
Así que ya no se fía de nadie.
Paco habla y su mujer asiente con la cabeza. Cuando todavía trabajaba no tenía vida social. Si trabajas 17 horas diarias y llega el día de descanso, no tienes tiempo de nada.
Y la gente se va olvidando.
Paco ha visto de reojo cómo crecían sus hijos.
Dice que la Junta de Andalucía aprobó un convenio con las empresas más gordas de transporte, pactando 60 horas de curro semanales. Paco se acuerda de que la UE no permite más de 48, y de que algunas semanas los camioneros hacen 100.
Dice que está enfermo, que le cuesta dormir con el calor, que nadie ayuda.
A veces algún camionero no puede más, y a las 4 de la mañana le entra un calorcito raro y mucho sueño, y se queda dormido porque es un ser humano que lleva conduciendo quince horas, y se estrella contra un árbol o contra un coche con familia dentro. Entonces, dice Paco, vienen los políticos de izquierdas y de derechas. Y dicen qué desgracia necesitamos más medidas de seguridad. Foto y a casa.
El convenio de la Junta no está en el BOE, ni el BOJA, ni en el lucero del alba.
Paco piensa en publicaciones y se acuerda de la madre que parió a los periodistas. No vienen. Ha llamado a Diario Sur. Los contestadores automáticos no tienen sentimientos.
Si tú los tienes, algo se te encoge dentro. Y ves a su mujer, que sigue mirándolo a él.
Y preguntas. Hasta cuándo.
Paco dice que el jueves se va a casa. Que han sido seis semanas y ya no puede más.
Lo más triste de todo es que Paco está solo, como tú o como yo, y se ha cansado de luchar.